BARRIO SAN ANTON
Estoy encerrado en casa sin salir. Llevo dos semanas así. Hoy me he dado cuenta que ya no tengo alimentos ni material de primera necesidad (sí, hice una mala previsión del papel higiénico). Me armo de valor y consigo superar mis miedos, salgo de casa para conseguir víveres que me permitan no pasar hambre. No me gusta salir por temor a verme en medio de una reyerta, es una época desconcertante para mí, me encuentro en mi Alicante natal. El verano de 1938 está siendo muy caluroso y con las ventanas cerradas, no corre ni una pizca de aire.
Estoy por las calles de mi barrio, es maravilloso, el colorido que dan tantas macetas en las ventanas es como si estuviera dentro de un arcoíris dando un paseo por las nubes. Pero me falta el color azul de mis playas. Me decido a dar un paseo más largo.
Sin darme cuenta me encuentro en medio de una reyerta y soy detenido con 5 personas más. Siguiendo el paseo de la playa nos suben por un pasadizo al Castillo de Santa Bárbara, antiguo castillo árabe, que ahora lo utilizan como cárcel.
A mis compañeros de viaje y a mí nos recluyen en dos celdas separadas por un muro y cerradas con unos barrotes oxidados pero funcionales. Nos confinan de 3 en 3. ¿Y ahora qué?, tenemos un futuro incierto… Me dejo caer y a mi lado veo una historia escrita en el muro, parece que le falte una parte. Lo único que tengo claro es que de ahí no podremos salir si no unimos nuestras fuerzas.